El operacionismo es un programa que aspira a relacionar a todos los conceptos cient�ficos v�lidos con procedimientos experimentales, deparando de esa manera a la ciencia de la terminolog�a no definible operacionalmente, que por lo tanto no posee significado emp�rico. El operacionismo propone que los investigadores cient�ficos adoptaron sus principios y funcionaron de acuerdo con ellos mucho antes de que se promulgaran; por lo tanto, no se trata de una teor�a erigida sobre consideraciones filos�ficas independientes, sino basada en lo que los hombres de ciencia realmente hacen. Su principal proponente fue Percy W. Bridgman (1882-1961), el profesor "Hollis" de matem�ticas y filosof�a natural de la Universidad de Harvard, en Boston, quien en 1946 gan� el premio Nobel por sus investigaciones sobre las propiedades de la materia sometida a muy altas presiones. Como Bridgman era un verdadero investigador cient�fico, los que influyeron en sus ideas fueron otros cient�ficos y fil�sofos, como Mach, Poincar�, y sobre todo Einstein; de hecho, Bridgman se�al� que �l solamente estaba haciendo expl�cito lo que ya estaba impl�cito en los trabajos de los sabios mencionados. Pero la verdad es que estaba haciendo mucho m�s que eso; Bridgman estaba desarrollando un nuevo sistema filos�fico y metodol�gico, �ntimamente relacionado con el empirismo, el positivismo l�gico y el pragmatismo, aunque con ciertas facetas novedosas que permiten distinguirlo como una filosof�a diferente. Bridgman escribi� varios libros importantes, pero los tres que estaremos comentando son: L�gica de la f�sica moderna (1927), Naturaleza de la teor�a f�sica (1936), y La manera como son las cosas (1959), as� como algunos de sus art�culos filos�ficos en revistas especializadas.
Seg�n Bridgman, el cient�fico debe ser un empirista puro, para quien lo �nico que posee existencia real son los hechos, ante los que debe adoptar una actitud de "humildad casi religiosa". Su rechazo de los principios kantianos a priori, que preceden y delimitan la experiencia, es absoluto y definitivo; adem�s, la naturaleza no puede incluirse completa en, o agotarse por, ninguno de los esquemas contendientes actuales (como el racionalismo, el relativismo o el idealismo absoluto). Una forma de aproximarse al operacionismo es examinando la manera como los fisicos atacaron el problema de la longitud, una vez que descubrieron, en el siglo XIX,
que la geometr�a de Euclides no era la �nica l�gicamente posible. La pregunta m�s candente en ese momento era si las l�neas y las im�genes proyectadas en el espacio f�sico obedec�an (o no) los teoremas de Euclides; para fines del mismo siglo la postura m�s aceptada generalmente era que si no podemos dise�ar operaciones que nos revelen si el espacio es o no euclidiano, no le podemos asignar ninguna propiedad geom�trica. El problema de fondo es que para determinar la geometr�a de los cuerpos f�sicos se requiere poder comparar distancias, y para eso es necesario contar con una regla que no cambie de longitud cuando se lleve de un lado a otro para medir distancias; naturalmente, para comprobar que la regla no altera su longitud se necesita otro est�ndar de referencia, pero hay acuerdo general en que tal est�ndar no existe. Por lo tanto, lo �nico que existen son las reglas, lo que hace imposible saber si las distancias son iguales o diferentes entre s�, lo que a su vez imposibilita conocer la naturaleza geom�trica del espacio. Desde un punto de vista operacional, el espacio no tiene medidas intr�nsecas, por lo que resulta arbitrario decidir que obedece a este o aquel grupo de axiomas geom�tricos.
Fronstispicio del libro The Nature of Physical Theory,de Percy W. Bridgman, publicado en 1916.
Aunque aparentemente la idea de que las entidades f�sicas los procesos y las propiedades no poseen una existencia independiente de las operaciones que nos sirven para establecer su presencia o ausencia, o sea el operacionismo, ya desempe�aba un papel central en el pensamiento de los cient�ficos desde antes de 1920, no fue sino hasta 1927, cuando Bridgman public� su famoso libro La l�gica de la f�sica moderna, que se transform� en un programa expl�cito y en una postura filos�fica definida dentro de la ciencia. Sin embargo, el operacionismo inicial, el que postula que todo concepto cient�ficamente significativo debe ser sujeto de definici�n completa por medio de operaciones f�sicas, y que un concepto cient�fico no es otra cosa que el grupo de operaciones requeridas para definirlo (o sea, el operacionismo radical), fue r�pidamente criticado por L. J. Russell, en 1928, y por Lindsay, en 1937. El primero de estos dos cr�ticos se�al� que en la pr�ctica de la ciencia frecuentemente se habla de que unas operaciones son mejores que otras, lo que no podr�a hacerse a menos de que existiera alg�n criterio o hecho indepencliente de las operaciones, que sirve para calificarlas; adem�s, Russell coment� que muchos conceptos f�sicos �tiles no se prestan a definiciones exhaustivas, y que sus conexiones con operaciones instrumentales son m�s bien indirectas y poco estrictas. En cambio, Lindsay escribi� que si el operacionismo se tomara en serio resultar�a radicalmente opuesto a lo que todo el mundo puede ver que los f�sicos realmente est�n haciendo, que es trabajar con conceptos indefinibles operacionalmente, como los n�meros o las "funciones de onda" que aparecen en la mec�nica cu�ntica; en su opini�n, cuando se acepta el criterio operacionista autom�ticamente se elimina a toda la f�sica te�rica. Bridgman acept� �stas y otras objeciones y suaviz� su postura, introduciendo lo que llam� "operaciones de papel y l�piz", o sea maniobras l�gicas y matem�ticas por medio de las cuales un concepto cient�fico aceptable puede "establecer conexiones indirectas con operaciones instrumentales". Adem�s, Bridgman admiti� que las "operaciones verbales" desempe�an un papel importante en la ciencia; en sus propias palabras:
En el mundo del "papel y l�piz" es posible la libre invenci�n, divorciada de cualquier contacto con el universo instrumental del laboratorio... Las "operaciones verbales" y las "de papel y l�piz" poseen enorme latitud. Sin embargo, pienso que los f�sicos est�n de acuerdo en imponer una restricci�n a la libertad de tales operaciones: que en �ltima instancia logren aunque sea indirectamente, conectarse con operaciones instrumentales.
Naturalmente, Bridgman reconoci� la existencia de muchas otras esferas "puramente verbales" del pensamiento y de la actividad humana, como la pol�tica, la religi�n o la metaf�sica, que por su naturaleza no poseen ni pueden establecer conexiones con el mundo de la experiencia emp�rica. Tales esferas son de gran importancia para el hombre, pero se encuentran fuera del campo de la ciencia.
A pesar de que mi intenci�n en este texto sobre el m�todo cient�fico no ha sido cr�tica sino descriptiva, creo que para redondear el resumen de las principales conclusiones del operacionismo conviene mencionar algunos de sus problemas filos�ficos. El primero es si es conveniente, o hasta posible, identificar conceptos con operaciones en una relaci�n de igualdad; en principio resultar�a en una distorsi�n, entre grave y grotesca, de lo que generalmente se entiende por concepto, cient�fico o de cualquier otro tipo. El segundo problema es que muchos conceptos pueden definirse por medio de operaciones totalmente distintas; por ejemplo, el tiempo puede medirse por medio del pulso, del reloj mec�nico, de las estrellas, del reloj at�mico, del reloj acu�tico, etc., y seg�n el operacionismo, con cada procedimiento diferente tendr�a que asociarse un concepto distinto del tiempo, lo que no refleja para nada lo que ocurre en la realidad. Un tercer problema es que el operacionismo supone que la realidad y su conocimiento son la misma cosa, lo que podemos identificar como la tesis central del fenomenismo a ultranza; esta posici�n puede ser atractiva para los positivistas, en vista de que sugiere la identidad de la ciencia con el trabajo cient�fico, o a la inteligencia con los resultados de las pruebas usadas para medirla. Sin embargo, de acuerdo con Oldroyd: "�sta es una flagrante violaci�n del uso del lenguaje. Equivale a confundir un pastel con la receta para hacer un pastel."
Es obvio que el operacionismo de Bridgman est� �ntimamente ligado con el empirismo, el positivismo l�gico y el pragmatismo, que a su vez tambi�n son expresiones ligeramente distintas de la misma tendencia central: el rechazo de la metaf�sica y la insistencia en construir el edificio de la ciencia sobre las bases m�s apegadas a la realidad, entre otras razones porque, en �ltima instancia, �sta es la actitud m�s pr�ctica o �til. En relaci�n con el pragmatismo, Bridgman se�al� que "lo que se quiere decir por un concepto se revela m�s por lo que se hace con �l, que por lo que se dice acerca de �l".
Rosenblueth se�al� espec�ficamente que, en �ltima instancia, existe una relaci�n muy cercana,entre Wittgenstein y Bridgman. Comentando el inter�s antiguo en el problema de las relaciones entre el lenguaje y los fen�menos naturales, a la luz del desarrollo de la l�gica simb�lica o matem�tica, junto con la revoluci�n en la f�sica introducida por la teor�a de la relatividad de Einstein y la teor�a cu�ntica, en las primeras d�cadas de este siglo, Rosenblueth dice:
No es extraordinario entonces que, partiendo de bases e intereses distintos, un grupo de fil�sofos y legistas (encabezados poi, Wittgenstein) y un experimentador (Bridgman), hayan llegado independientemente a conclusiones sem�nticas que tienen mucho en com�n.